Cannabis, el remedio prohibido

Carola Pérez ha olvidado cómo es vivir sin dolor. A los 11 años, en una caída mientras patinaba, se fracturó el coxis de tal forma que, con la mayoría de edad y tras intentar todo por salvar el hueso, los médicos decidieron extirpárselo. Esta mujer de 37 años ha pasado 11 veces por el quirófano y va camino de otra. Un Día de la Madre, harta de sufrir y de los efectos secundarios de la medicación, pidió a sus padres que la ayudaran a morir. “Estaba en un túnel y no había ni una llamita de luz, no había nada”, explica en la sede de la asociación Dosemociones —que fundó con sus padres—, donde apoya y asesora a pacientes que, como ella, decidieron un día probar con el cannabis medicinal. “Lo recuerdo como si fuera hoy, fue una infusión en un vaso de leche y, de repente, una sensación de alivio, de calma… Y de, por un momento, dejar de preocuparme por el dolor” […]


Artículo publicado en El País.

Carolina PérezEnlaces y noticias